viernes, mayo 05, 2023

Ese Gran Final... Metroid Prime 3: Corruption



Conseguidos los códigos de mando de los piratas, la flota de la Federación, a la que acompaña Samus, abre un portal hacia el planeta Phaaze utilizando el Leviatán.


Al otro lado, les recibe la flota pirata, y se forma un combate interestelar entre ambas formaciones. No he podido evitar que sonara en mi cabeza una canción de Star Wars xD


Sim embargo, la nave de Samus no se une a la lucha. En su lugar, se escabulle de la batalla para infiltrarse en solitario en el interior de Phaaze.

Nada más llegar a la superficie, el tumor de su interior reacciona con la atmósfera cargada de phazon del planeta, creciendo todavía más.


En esta ocasión, el crecimiento del tumor conlleva consecuencias. El traje de Samus recibe una sobrecarga de phazon de la que no puede deshacerse, quedando en hiperestado de forma permanente.


Pensaba hablar de esto cuando estuviésemos ya en combate, pero como ha salido el tema, pues lo hablamos ya. 

En este juego, Samus lleva un tanque de phazon que le permite potenciar todos sus ataques desde prácticamente el inicio del juego. Está muy bien, y hay versión hiper de cada arma (hiperesfera, hipermisil, hiperrayo enganche...), pero también tiene sus inconveniencias. El resto de rayos que consigues durante el juego no sirven para nada. Son tan inútiles que directamente no te dejan ni cambiar de rayo. Cuando consigues uno, sustituye al anterior y se convierte en el arma normal, pero con los añadidos que te permiten abrir todas las puertas hasta ahora y las nuevas. Eso sí, quitando la misma mierda de vida que el anterior también. Hasta cinco rayos recarga para matar a un enemigo... 

Tambien desaparecen las barras de vida, que se sustituyen por una barra de contaminación por phazon. Al estar ahora en hiperestado todo el tiempo, todos tendremos la misma vida al final del juego, independientemente de cuántos tanques de energía hayamos podido recolectar. Si la barra de contaminación se llena, Samus Oscura posee tu cuerpo.


Así que, el hiperestado es un arma de doble filo. Nos da un rayo y unas armas superpotentes, pero nos quita versatilidad, y haciéndolo permanente, acaba de cambiar la forma de jugar en un instante, a las puertas de acabar el juego. Más les vale que los combates finales estén bien montados...

Comenzamos a descender hacia lo más profundo de Phaaze. Numerosos enemigos nos salen al paso. Con cada golpe que recibimos, la barra de contaminación se va llenando poco a poco. Al matar enemigos, en lugar de soltar vida, sueltan como anticuerpos o vacunas (no sé, no lo explican) que reducen muy levemente la barra. No merece la pena quedarte a matar bichos para bajarla, porque va a subir más la barra por los golpes que vas a recibir.

Al llegar al fondo, descubrimos la criatura que engendra a los leviatanes que hemos derrotando durante la aventura en los diferentes planetas. De hecho, nos toca abrirla en canal y matar a un feto de leviatán que alberga en su interior.


Me ha gustado. Son ese tipo de chorradas que nunca las explican porque a nadie le importan, pero a mí sí me importan. Además, es complicadillo, porque el feto se mueve muy rápido, y hay una horda incesante de Metroid tocándote las narices todo el rato. Al menos, para compensar, cuando derrotas al feto, te dan mogollón de vacuna que reduce la barra de contaminación prácticamente a cero.

Estaba claro que tener un detalle así con nosotros debía esconder un motivo detrás. En la siguiente sala, alcanzamos el punto más profundo del lugar, donde nos recibe Samus Oscura. ¡Comienza el combate!


Hala, así de primeras. Esta vez no hay un jefe de relleno antes. Es pronto para saber si esto es bueno o malo. De momento vamos a darle caña. Parece que es básicamente el mismo combate que en la entrega anterior. No hay barrera que la proteja, ni punto débil que encontrar. Apuntar y disparar. Está un poco más exagerado todo, con los cristales de phazon alrededor para bloquear visión, pero en esencia es lo mismo.


Cuando todo parece que va sobre ruedas, ¡sorpresa! ¡Kage Bunshin no Jutsu! Samus Oscura se divide en dos.


Ahora viendo la captura, veo que el clon está hueco. No tiene nada dentro. Se ve claramente. Pero hace un momento, jugando, pensaba que era simple mitosis y que ambas eran auténticas. No me percaté de ninguna diferencia.

Visualmente, las diferencias son mínimas y la velocidad del combate muy alta para darte cuenta, pero es cierto que en cuanto sigue el combate notas ciertos detalles. Sólo baja la vida si disparas a una de ellas. La otra se desintegra a los pocos golpes y enseguida la vuelve a invocar. Ahora sí está claro. Mola. Hasta hacen ataque especial juntas jaja


Cuando la vida se reduce todavía más, ¡invoca una tercera! Sigue siendo la misma dinámica, y tampoco es que porque aumente el número de enemigos el combate vaya a ser mejor, pero al menos se agradece el esfuerzo para que el combate se sienta más auténtico y no un simple reciclaje de la otra vez.

Al terminar el combate, Samus Oscura invoca a un monstruo y se refugia en su interior. Este monstruo es en realidad la unidad Aurora que se llevaron de la nave que fue atacada, ahora totalmente corrompido por el phazon.


Este segundo combate ya sí es algo más habitual, en el que el enemigo es invulnerable en circunstancias normales, pero podremos herir si alcanzamos su punto débil a través de una serie de pasos previos. 

Y es aquí donde toca destacar la principal característica de este juego frente a sus predecesores. El uso del Wii Remote. A diferencia de los otros juegos, donde puedes fijar los objetivos y apuntar automáticamente a donde necesites, aquí debes hacerlo manualmente. Sólo te dejan fijar el cuerpo principal del enemigo, pero si tienes que dispararle a las alas, a la boca, al ojo o como en este caso, a los tentáculos, debes apuntar tú mismo con la mano.


Y mola un montón. Me alegro muchísimo de haberme dejado la pasta en la sensor bar para PC y haber podido jugar con el mando de Wii igual que hace 15 años. De hecho, ojalá me la hubiera comprado antes. Podría haber jugado el 1 y el 2 del mismo modo. Es una sensación muy extraña, como cuando juegas en VR. Estás dentro del juego. Es otro nivel. El día que saquen un remaster en Switch, eso se va a perder y el juego perderá todo su encanto.

Volviendo al combate, además de los tentáculos, también debemos acertar a un objetivo que emerge espontáneamente de cualquiera de los orificios de la Unidad Aurora. Es como jugar al juego ése de niños de machacar topos con un mazo, pero en nivel difícil. Se nota que ya no tengo edad para estas cosas, porque las veces que le he dado ha sido de casualidad jaja Sale super rápido y no dura ni un instante en escena. 


Cuando le das, el enemigo cae al suelo. Es el momento de abrirle el casco con el rayo enganche (que también se hace tirando manualmente con el brazo xD), para dejar expuesto su cerebro y poder causarle daño.


Al cabo de unos segundos, el casco se cierra de nuevo y el ciclo vuelve a empezar. Realmente, no hay mucho más. Los ataques que tiene son ínfimos e inofensivos. De hecho, es al primera vez en mi vida que en un jefe final salgo con más vida que entraba. Te suelta los clones de Samus Oscura, pero no son para causarte daño, sino para darte vida al destruirlo. Prácticamente he dejado la barra de contaminación a cero otra vez...


Pero esto no podía ser todo. Ahora la Unidad Aurora se desprende de la columna vertebral que la unía al planeta, quedando tan solo la cabeza, flotando en el aire.


Tercer combate, que es igual de fácil o más, porque ahora directamente el cerebro está expuesto por el hueco que ha dejado al desprenderse de la columna vertebral. Eso sí, está detrás. Te toca dar un rodeo y torear un poco, pero nada complicado.


Al menos, parece que en esta ocasión sí ataca de verdad. Tiene varios patrones de ataque y ha conseguido que la barra de contaminación suba (un poquito xD).


Y ahora sí, eso es todo. Samus Oscura vuelve a morir, esta vez de una forma mucho más peliculera, con una pose dramática y un fuerte grito antes de estallar. Una mierda, vamos. Tras eso, el tumor de Samus desaparece mágicamente y se desmaya por el agotamiento. Poco después, el planeta Phaaze estalla.


Los miembros de la Federación que han sobrevivido a la batalla vuelven a su planeta por el mismo portal por el que han entrado. El Comandante pregunta por Samus, pero no hay respuesta. Sin embargo, al cabo de unos instantes, la nave de Samus aparece y envía un mensaje directo. Mission Complete. Fin.


Madre mía... El juego en sí ya es raro de cojones, pero es que el final lo es más. Por desgracia, para mal. Nos han cambiado las reglas sin avisar. A cambio, han hecho los combates muy sencillos. 

Aunque apuntar con el mando mola, las otras armas han quedado relegadas y hemos perdido versatilidad. Llama la atención un Metroid en el que el uso de los misiles sea anecdótico.

Hay demasiado reciclaje con Samus Oscura. La otra vez lo cerraron muy bien, y ahora la resucitan para hacer esta americanada de final muriendo como si fuese el malo de Star Wars, para que ahora en el 4 vuelvan a hacer lo mismo (precisamente como en Star Wars 9 xD)

Luego, lo del tumor. Puedo entender que el phazon que está en al aire, expuesto, desaparezca al estallar el planeta. Pero el que está en el interior de Samus está vinculado a ella. Se alimenta de su cuerpo. Por eso mimo sigue ahí cuando estás a millones de kilómetros del Phaaze. No puede desaparecer mágicamente. Eso no funciona así...

Y ya para rematar, la falsa tensión con la supuesta muerte de Samus. Que ni se molestan en explicártelo porque saben que, aunque quisieran, no podrían. Es puro melodramatismo barato.

¿Cosas buenas? Lo del feto. Y que es todo azul. Es muy bonito. Me gusta el color azul. Es triste, pero es lo mejor que puedo decir de esto.

Valoración Global del Final
I'll Remember the Ending
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
 Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending



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