martes, noviembre 28, 2023

Ese Gran Final... The Great Ace Attorney


Comienza el juicio contra Gina. Como ya nos habían adelantado, los dos ladrones que intentaron saquear la casa de empeños son testigos en el juicio, junto al Inspector Gregson, al que confunden con un hermano desaparecido.


Ambos ladrones mienten descaradamente en sus testimonios, diciendo que no robaron nada y que nunca dispararon la pistola, algo fácilmente desmontable más que nada por el tiro que le han pegado al calendario tras disparar a Sherlock Holmes.

Sin embargo, al demostrar que el arma fue disparada contra Sherlock, la argucia nos hace backfire, porque la fiscalía sabe que sólo se disparó una vez, así que acabamos de demostrar que ellos no pueden ser los asesinos.


Para rematar, Zieks presenta una foto de la cámara automática de Sherlock, que saca una cada 30 minutos. En la captura de la 1 de la madrugada, captan a Gina, pistola en mano y a Hatch, en el mostrador.


A pesar de que la pistola está apuntando hacia arriba, la imagen basta para que el jurado emita por unanimidad un veredicto de culpabilidad. La defensa exige su derecho a escuchar los motivos que hay tras esa decisión.


Toca convencer ahora al jurado hasta que los votos de inocente sean superiores a los de culpable. Esto nunca lo he entendido. Si el voto debe ser unánime, con convencer a uno debería bastar, no sé por qué nos exigen convencer a cuatro...

En cualquier caso, no hay que hacer mucho. Hay una chorrada de un friki de las gafas 3D que hace que jugar el juego en 3DS merezca un poco más la pena, pero eso, una chorrada. No tardamos en demostrar que los hermanos ladrones siguen mintiendo. Hasta el inspector Gregson salta para decir que su testimonio no coincide con el interrogatorio al que fueron sometidos tras el arresto. El juicio continúa.


Vaya tostón de juicio final que nos ha tocado en este juego. Llega hasta los límites de aburrimiento más insospechados, y sorprende (para mal) cuando presentamos pruebas en contra de nuestro propio cliente. Lo nunca visto... (siendo inocente, claro).


Encima el fiscal es super soso y permisivo. Hacemos con él lo que nos da la gana. Siempre nos deja hablar, nos invita a continuar y apenas protesta. Que yo recuerde, es el más flojito de toda la saga...

Los ladrones confiesan haber disparado su arma. Intentamos cargarles el muerto (nunca mejor dicho) pero no cuela. El fiscal por fin hace algo útil y explica que cada arma fue disparada una sola vez. Por tanto, si los ladrones dispararon a Sherlock, el disparo que mató a Hatch tuvo que salir de su propia arma.


Zieks también quiere presentar el disco de Megundal como prueba, pero el inspector le frena, reconociendo que habían acordado no hacerlo. A pesar de todo, Zieks no le hace ni puto caso y lo presenta.


Menos mal. Parece que, poco a poco, el fiscal va mostrando un poco de personalidad y va ganando puntitos, pero todavía le queda mucho por delante para ganarse mi respeto.

La prueba de que cada arma se disparó una vez es suficiente para convencer al jurado, que vuelve a adoptar un veredicto de culpabilidad unánime. Otra vez a darle la vuelta en el Closing Argument...


Al menos, esta vez descubrimos algo interesante. Uno de los miembros del jurado es el cirujano que atendió a Sherlock Holmes en el hospital, y nos asegura que el proyectil no atravesó su cuerpo, ni tampoco fue encontrado en su interior.


Esto abriría la posibilidad de que la bala encontrada en la pared fuera de un tercer disparo, pero no, no vamos a tener esa suerte. Enseguida, se explica que el disparo impactó en la bandolera de Sherlock, que tenía productos químicos en su interior, provocando una explosión, y después ya rebotó a la pared.


Pero, ¡sorpresa! Inspeccionando la bandolera, vemos que en efecto sí hay una tercera bala en su interior, y no precisamente demasiado escondida, lo que desata la furia de juez contra la incompetencia de Scotland Yard por no haberlo descubierto antes.


Bueno, si sirve para ridiculizar ingleses, al menos ya merece la pena jugar este juego xD

Ahora que sabemos que la sangre de la pared no es de Sherlock, ¿de quién es? Como el patrón de color coincide con el de la sangre del disco musical, sólo puede ser del misterioso hombre vestido de blanco, Egg Benedict.


El nombre es un seudónimo, pero una de las personas que componen el jurado le reconoce y consiguen localizarlo. En lo que llega, el juez hace un receso de una hora.

Durante el descanso, a Iris se le ocurre la fantástica idea de preguntar a Gina por lo ocurrido. ¿Quién lo hubiera imaginado, verdad? Preguntar a la persona que estaba allí lo que ocurrió. Fuaaahh vaya plot twist, inenarrable... ¿Te imaginas que se lo hubieran preguntado al principio? ¿O que la hubiesen llamado a declarar? Impensable xD


Ahora por fin descubrimos que Gina fue a la casa de empeños sólo para comprobar que Sherlock no estaba mintiendo a Iris, y que el libro estaba allí en realidad. De primeras fue amenazando con la pistola, pero Hatch accedió a enseñarle el libro de buenas, así que no hubo ningún enfrentamiento. Pero alguien entró a robar, y Hatch prohibió a Gina salir del almacén por su propia seguridad. Poco después sucedió el tiroteo y su cuerpo cayó al suelo, por lo que ella cerró la puerta para no correr la misma suerte.

Reanudamos el juicio, y lo primero que ocurre es que el juez rechaza las pruebas de Iris que identifican las muestras de sangre. Al ser un invento propio, no saben cómo funciona y no se fían. 

Egg Benedict sube al estrado, donde descubrimos su verdadero nombre. Rupert Chrogray. Como somos nosotros los que estamos acusando de estar en la escena del crimen, nos toca demostrarlo. Lo fácil era tirar del Inspector Gregson, porque le vio en la tienda, pero el cabrón se hace el loco y dice que no lo recuerda bien.


Nadie entiende nada, hasta que el propio fiscal, que se supone que juegan en el mismo equipo, tiene que salir a aclarar que está mintiendo para cubrir los chachullos de Megundal, que encima, ¡está muerto!


Ante tales acusaciones, Gregson se limita a señalar que no puede dar más información sin la aprobación de Hart, el jefazo del departamento de justicia. Vamos como los nazis. I only followed orders...

Rupert Chrogray niega su participación en el asalto a la casa de empeños, así que volvemos a tirar del efecto 3D de la consola para sacar a relucir una cajita que se había movido ligeramente entre dos fotos de seguridad. 


Hablamos del segundo objeto que empeñó Megundal. Todo sale a la luz gracias a que Gina sale a declarar y confiesa todas las mentiras que había en el juicio de Megundal, descubriendo también que el conductor del carromato también estaba comprado.


Vale, ¿y esto qué es? Pues básicamente es un discman decimonónico. Usando el disco metálico suena una canción, o al menos eso esperábamos, porque lo que se escucha es claramente un mensaje en código morse. Rupert Chrogray es un traidor que estaba vendiendo secretos de estado al extranjero codificando los mensajes en estos discos.


En cuanto sale a la luz que es un traidor, los dos ladrones se vuelven contra él y confiesan que el asalto fue bajo sus órdenes, pero que desconocían la finalidad del robo. Rupert niega todo, pero una de las personas que conforman el jurado es compañera de trabajo y además confirma que tenía acceso a información clasificada por su posición.


A pesar de las nuevas pruebas, como no, el hombre continúa negando su implicación en el caso, alegando que no era él quien negociaba con Megundal. Gracias a los ladrones, descubrimos que de pequeño usaba el apellido Milverton, el mismo que el hombre que asesinó Megundal. La víctima de aquel caso era el padre de Rupert.


Investigando de nuevo el discman decimonónico, descubrimos que por debajo tiene hueco para meter un segundo disco. Ese segundo disco fue lo que se llevó Rupert de la escena del crimen, y por eso la caja no estaba exactamente en el mismo lugar en las dos fotos de la cámara de seguridad. Para rematar, descubrimos que tiene una herida de bala en el hombro, fruto del disparo del revolver de Hatch, cuyo sangrado le termina de delatar.


Tras todas estas pruebas, finalmente reconoce haber estado en la escena del crimen, pero niega haber sido quien disparó a Hatch. Es más, afirma haber sido testigo de cómo Gina cometió el asesinato.


¿Pero qué chorrada es esta? Si sabemos que Hatch disparó a Rupert con su propia pistola, y que los ladrones dispararon a Sherlock también con su propia pistola. Vale que no tengan la tecnología de ahora, pero las muescas que deja cada pistola en las balas han estado ahí desde siempre, tienen que poder compararlas con una miserable lupa. Esto no es más que relleno barato.

En su declaración, Rupert afirma que cuando Gina disparó a Hatch, su sangre le manchó la chaqueta, así que rápidamente, el juez pide analizar si hay muestras de sangre en la ropa. Esto sí que es un problema, porque como esa prenda era de Megundal, nuestros protagonistas ya saben que está manchada de sangre, de cuando Megundal mató a Mortar. Sin embargo, al haber rechazado el juez el método de Iris para identificar de quien es la sangre, van a pensar que es de Hatch, y Gina quedaría totalmente vendida y sin salvación.

Durante el interrogatorio, vemos a Gregson cuchichear tanto con Rupert como con los ladrones. Intentamos llamarle la atención para que nos de una explicación, pero los resultados de las pruebas llegan, y se confirman nuestros peores temores. El juez cree que mentimos al afirmar que la sangre de la chaqueta es de Mortar, y el jurado dicta un nuevo veredicto de culpabilidad.


Cuando todo parecía perdido, descubrimos que el alguacil que ha traído las pruebas no es nada menos que el propio Sherlock Holmes disfrazado. Estaba claro que tenía aparecer en algún momento jeje


Sherlock nos trae la prueba final del caso, que a su vez, es el regalo de despedida de Susato antes de marchar. Y se trata... ¡el invento para hacer agujeros en las puertas para que los gatos puedan pasar! xD Vale, ¿y qué cojones vamos a hacer con esto? 

Sherlock nos da una pista. Susato había previsto esta situación, y durante los cinco minutos que estuvo sola en la sala de espera, hizo algo, sin dar más detalles, con esta prueba. El resto nos toca averiguarlo a nosotros.


A pesar de que ya hay un veredicto, el juez nos permite continuar el interrogatorio porque lo interrumpieron para presentar los resultados de las pruebas de las manchas de sangre, y por supuesto, sin que el tribunal acepte la prueba. Otra gilipollez de excusa para alargar el juego, si ya hay veredicto, lo demás da igual. Es como si el árbitro ya ha pitado el final del partido pero te deja cambiar un jugador y tirar el córner por si marcas xD


Curiosamente, durante este interrogatorio final, no suena el Allegro, sino un theme nuevo introducido en las deducciones conjuntas con Sherlock Holmes que tiene siete versiones (sí, en serio, y puede que me esté olvidando de alguna xD). La que más me gusta es la Type A, pero esta, la versión, la Battle Begins, también está bien.


Con la prueba final, demostramos que Rupert estaba mintiendo, porque lo que Susato hizo fue precisamente... ¡crear ese agujero! La verdad, ni me había dado cuenta, pero he ido corriendo a mirar la foto que presenta la fiscalía como prueba y efectivamente el agujero no estaba hecho. Eso sí, que nadie se haya dado cuenta hasta ahora es otra historia. ¿La máquina de Iris no deja astillas ni nada? 


Por supuesto, la revelación genera una ola de indignación en los letrados, porque Susato manipuló la escena del crimen de motu propio porque es tan guay que sabía que el asesino sabría que el agujero estaba allí y además que lo usaría para intentar defenderse...

Pero claro, eso abre una nueva incógnita. Si el agujero no existía cuando se produjo el crimen, ¿cómo ha podido testificar que había un agujero en primer lugar? El lugar estuvo precintado por la policía. ¿Y cómo sabía que la chaqueta de Gina estaba manchada de sangre, para hacer creer a todos que era la Hatch? La respuesta es clara, el Inspector Gregson le pasó información confidencial.

Qué cabrón, y se ha intentado escabullir para que no le pillásemos. Como el segundo disco tenía información confidencial del gobierno, ha vendido a Gina sabiendo que es inocente solo para proteger a sus superiores de un escándalo. Rastrero y miserable a más no poder...


Tras hacer un registro corporal, el segundo disco aparece, confirmando que nuestra hipótesis es fundada. Sin embargo, sigue sin ser suficiente para probar la culpabilidad de Rupert en el asesinato, tan sólo prueba que ha cometido perjurio.

Y ahora, con dos cojones, el inspector pide al jurado que emita un veredicto final, es decir, les pide que colaboren en su complot para que unos politicuchos de pacotilla con la cuenta hasta arriba de millones y la vida resuelta, puedan evitar tener un mal rato, a cambio de condenar a muerte a una persona incocente.


Y por supuesto, el jurado... ¡accede! Qué puto asco, de verdad... Estos son los valores del glorioso pueblo británico... Mentiras, engaños, coacciones, tráfico de influencias, perjurio, cohecho... Todo por el bien de su gran nación... Todo para el pueblo, pero sin el pueblo...

Pero no hay que acojonarse cuando tratas con gentuza de tan baja calaña. Solo hay que darles un poco de su propia medicina. Solicitamos escuchar el discman decimonónico con los dos discos para poder entender el mensaje completo, e inmediatamente, Gregson salta hecho una furia para amenazarnos con tener al gobierno británico como enemigo. 


Como dice el refrán, perro ladrador, poco mordedor. En cuanto suena el código morse, perfectamente interpretable por la telégrafa que integra el jurado, Gregson se hace caquita en los pantalones y confiesa todo con el único fin de que paremos la reproducción ^^ Hala, ¡jódete, escoria!


Y por arte de magia, Rupert también confiesa. Digo por arte de magia porque seguimos sin haber demostrado nada de cara al crimen. Sólo hemos probado que pudo hacer un testimonio falso gracias a Gregson, pero no que apretase el gatillo. En cualquier caso, paso. En el fondo, me alegro de que esta mierda se acabe ya de una vez.

Rupert nos cuenta que de pequeño no tenía dinero y se prometió a sí mismo ser rico cuando fuera mayor. Por eso, a pesar de que tenía un buen trabajo, hizo un trato con Megundal para engrosar aún más sus cuentas. Tomaron la precaución de separar el código morse en dos discos para evitar ser descubiertos, pero para ello tuvo que recurrir a la ayuda de su padre, que era un tío legal y no se iba a prestar a vender secretos de estado, así que le mintió. Pero cuando le dio una propinilla por las molestias, el padre comprendió que pasaba algo raro y pidió ser el interlocutor de Megundal en el siguiente trato. Dicho acto le costó la vida.


Fue para vengar a su padre por lo que Rupert encerró a Megundal en el mismo carruaje en el que mató a su padre y le prendió fuego. 


Bueno, al menos nos han aclarado algo de los capítulos anteriores. De la estudiante asesina y la de rusa prófuga nos olvidamos, pero menos es nada.

Desvelado el móvil del robo, termina confesando que el asesinato fue un accidente. Hatch le disparó primero por haber entrado a robar, y él simplemente disparó por acto reflejo, con la mala suerte de que no sólo acertó el blanco, sino que además fue un impacto fatal.

Antes de emitir un veredicto, la telégrafa del jurado afirma que el mensaje que hemos escuchado en el discman decimonónico no es más que una ristra de sonidos sin sentido alguno. 


No queda claro si realmente es que codificaron mal el mensaje (me cuesta creerlo pero no es imposible, la puedes liar al separarlo en dos) o si está mintiendo para proteger a su propio gobierno, que es la opción por la que más me inclino.

Ahora sí, con todo resuelto, el jurado emite un veredicto de inocencia y el juez proclama a Gina como no culpable, no sin antes advertirla de que de los cargos de perjurio, asalto a mano armada y tratar de sacar de la casa de empeños un artículo que no era de su propiedad, debe pagar por todos ellos.


A pesar de todo, la hemos librado del cargo de asesinato, que conllevaba pena de muerte, así que nos muestra su más sincero agradecimiento, no solo por salvarla, sino también por haber confiado en ella hasta el final.


Vamos cerrando con los demás personajes. Zieks nos recuerda que es xenófobo porque un japo le traicionó en el pasado, pero deja la puerta abierta a contarnos lo que ocurrió en el futuro. Sherlock Holmes vuelve a aparecer a la salida del juicio para tener su minutillo de gloria. Nos enteramos de que el barco de Susato se ha retrasado por el temporal y todavía estamos a tiempo de despedirnos de ella.

Durante la conversación, Susato nos cuenta cómo utilizo el agujero de la puerta para tenderle una trampa al asesino gracias al uso de los falsos testimonios que vio en el juicio de Megundal. También descubrimos que el código morse del discman decimonónico estaba efectivamente encriptado, pero entre Iris y Susato logran descifrarlo, sacando a la luz los nombre de K.Asougi, A.Sashin (desconocido), T.Gregson y J.Watson. Como en el juicio solo se reprodujo un trozo, no tenemos el mensaje completo. Habrá que esperar al próximo juego para saber la verdad. 


Tras esto, el barco de Susato zarpa, no sin antes prometer que estará de vuelta para seguir viviendo aventuras antes o después. Fin.


Vaya despropósito de juego y de final... Vale que el asesino mienta en el juicio, eso lo podemos entender todos, pero que le ayude la propia policía a mentir, que el jurado estuviera dispuesto a emitir un veredicto de culpabilidad sabiendo que era falso, que te dejen seguir el juicio con un veredicto ya emitido, que permitan un testimonio con un plothole que no se sostiene, que sean tan inútiles de no encontrar una bala que estaba a la vista en una bandolera, que el fiscal sea un versión de Edgeworth de marca blanca y te esté ayudando, que el asesino confiese sin que demostremos nada y por supuesto, todos los misterios que han dejado a propósito sin resolver para el siguiente juego. Es que son muchas cosas... Lo único bueno es que, al menos, les hemos dado bien por el culo a todos y no se han salido con la suya, pero ya.

Valoración Global del Final
I'll Remember the Ending
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
 Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending



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