domingo, agosto 01, 2021

Ese Gran Final... Dragon Quest



Alcanzado el fondo de la mazmorra final, llegamos hasta el Dragonlord, que se presenta como maestro de maestros y rey de reyes.


El Dragonlord lleva tiempo aguardando nuestra llegada, y eso es nada más y nada menos porque su plan es reclutarnos para su ejército y que dominemos el mundo junto a él. Nos dan a elegir.


Hombre, ya que está ahí la opción y nos dejan decidir, sería una falta de respeto no darle a que sí para ver qué pasa jaja Normalmente cuando te hacen este tipo de preguntas son en escenas cerradas donde el prota se niega automáticamente sin que puedas hacer nada por evitarlo, así que venga, que sí xD

El Dragonlord te pide la espada de Erdrick como prueba de fidelidad. Se la damos, y reconoce que con esa espada es probable que hubiéramos conseguido la victoria, pero ahora, todo está perdido, y nos condena a una oscuridad eterna. Después apareces en la posada del pueblo y te dicen que estabas soñando xD

Bueno, menos es nada jaja Ahora vamos en serio. Rechazada la propuesta, comienza el combate contra el Dragonlord.


Respecto al combate, es muy limitado. Recordemos que es un juego de 1986. La mayoría de los que estamos aquí, yo incluido, no existíamos. Es uno de los primeros JRPG por turnos de la historia. Aún así tiene los comandos básicos de Atacar, Magia, Objetos y Huir que vemos en cualquier RPG, pero con muy pocos hechizos y una bolsa de objetos muy limitada, que encima incluye el equipamiento. Tienes dos hechizos de fuego, una pequeño y otro normal, que para colmo, no le afectan, lo que te condena a atacar normal todo el rato.

Por su parte, el Dragonlord usa tanto ataques físicos como hechizos, pero realmente te da igual, porque la aminación es idéntica. Tiembla un poco la pantalla como en los Pokémon de antaño y poco más.


Tampoco es mucho problema porque en tres o cuatro turnos se acaba el combate. Pero eso era sólo el principio. Si se llama Dragonlord, es por algo. Rápidamente se transforma en dragón y comienza el segundo asalto.


Aquí la cosa mejora un poco, porque al menos el dragón echa fuego por la boca. Cualquier animación por mínima que sea, se agradece. También hace más daño y tiene mucha vida. Podemos decir que (en los términos en los que se mueve el juego) es un combate largo.


De hecho, es que ha durado justo hasta que se me ha acabado la magia. Cierto es que han sido dos combates seguidos sin curarme, pero si llega a durar un sólo turno más, habría perdido.

Al terminar, ahora sí, el Dragonlord es derrotado. Tu personaje recupera el orbe de luz que había robado, devolviéndolo al castillo. El rey bromea con dejarte el trono, pero eso, solo bromea. Finalmente la princesa aparece para irse contigo y vivir felices para siempre. Fin.


Está claro que esto tiene lo mínimo de lo mínimo en todos los aspectos, tanto argumental como jugablemente hablando, y que no se le puede exigir lo mismo que a un juego actual, pero también es cierto que si encima de que tienes poco, no se puede aprovechar todo, pues apaga y vámonos. ¿De qué me sirven los hechizos si no afectan al enemigo importante? Puede que lo hayan hecho con buena intención, pensando que si gastaba la magia en hechizos, no tendría para curarme, pero ese es mi problema, no el de ellos. Si el daño es abiertamente superior al ataque normal puede merecer la pena. Que me dejen elegir...


Valoración Global del Final
I'll Remember the Ending
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending


No hay comentarios:

Publicar un comentario