miércoles, diciembre 21, 2022

Ese Gran Final... El Precio de mi Vida


Después de que Kusunoki y Miyagi se líen, en el siguiente día libre que no está con él, Kusunoki vuelve a la tienda y vende el mes que le queda de vida.


Lo curioso es que la valoración ha cambiado completamente. Gracias a Miyagi, ha recuperado la inspiración para pintar. De aprovechar ese último mes pintando, se convertiría en un artista de prestigio, por lo que el dinero de un mes de su vida sirve para pagar el 90% de la deuda que tiene Miyagi con la empresa. Además, le respetan los tres días de gracia en los que iba a estar sin observador.


A la mañana siguiente, va a su pueblo con la moto, como estaba siendo habitual. A pesar de que nadie podía ver a Miyagi, él actuaba como si todos pudieran verla. Al principio, se ríen de él, pero al final le siguen el rollo. Piensan que está loco y ya está, pero hasta se preocupan por él y le preguntan cómo va todo. En esta ocasión, Kusunoki se ve en la obligación de admitir que Miyagi ya no está, tras ser incapaz de fingirlo.


Aunque intenta mantener la compostura, Kusunoki se derrumba, creando un revuelo entre los habitantes del pueblo. Para intentar apoyarle emocionalmente, van a lo fácil, comienzan a hablar mal de Miyagi por haberle abandonado. Cuando nadie lo esperaba (salvo nosotros, los lectores) Miyagi hace acto de presencia.


Pero eso no es todo, ¡los demás pueden verla! ¿Por qué? No tardamos en descubrir la respuesta. Al igual que Kusunoki, ha vendido el resto de su vida y sólo le quedan tres días. Al pasar de ser una empleada de la tienda a una cliente más, la magia que la volvía invisible desaparece.


Todo el mundo celebra la vuelta de Miyagi, aunque ninguno se sorprende de que una persona invisible de pronto sea real. Eso lo omiten totalmente. Ahora que Kusunoki y Miyagi vuelven a estar juntos, ambos se pierden en el horizonte, para pasar esos últimos tres días en privado, que serán más valiosos que los 30 años que tenían por delante.


Esto tenía pinta de escena final, pero todavía quedan dos capítulos. ¿Veremos finalmente cómo mueren? Espero que sí, pero algo me dice que no va a ser así.

Cambiamos a una escena completamente distinta. El dependiente del Book Off vuelve a intentar llevar un nuevo cliente a la tienda (éste va a comisión xD) pero cuando el hombre descubre los factores que influyen en la valoración de su vida, enseguida rechaza la oferta, porque sabe que el valor es cero.



Y ya está. El penúltimo capítulo lo perdemos en su totalidad con esta historia. Entiendo que el autor querrá mostrar que no todo el mundo se deja engañar y vende su vida, pero vamos, que ya se sobreentiende a lo largo de la historia,

Capítulo final. Vemos repetidas varias escenas del manga, pero desde el punto de vista de Miyagi. En concreto, la parte en la que le pide que le ayude a practicar la cita con Himeno. Kusunoki ensaya varias frases para declararse a su amor de la infancia, y ellas las puntúa, pero ninguna es perfecta. Kusunoki pregunta qué tiene que decir para que la declaración sea perfecta, pero ella nunca se lo dice. Sin embargo, nosotros sí lo descubrimos. Que la declaración fuese dirigida a ella. 


El resto del capítulo es más de lo mismo. Seguimos viendo como Miyagi se enamoró de Kusunoki mientras le observaba, hasta llegar al punto de desear que muriese pronto para no tener que volver a sufrir por amor. Fin.


Madre mía... Cómo me engañó el de la tienda. Me dijo que esto era una historia adulta, y al final es el mismo shonen genérico de siempre. Tenemos un primer mensaje que nos dice que lo importante no es cuanto vivamos, sino cómo aprovechemos el tiempo que se nos ha dado, llegando a asumir que tres días pueden ser más valiosos que treinta años, y estoy completamente de acuerdo. Hasta ahí, bien.

El problema es que, al mismo tiempo, nos mandan el segundo mensaje genérico de mierda que nos intenta hacer creer que, independientemente de las decisiones de mierda que hayas tomado a lo largo de tu vida, y del pozo sin fondo en el que te haya metido tu propia incompetencia, al final, mágicamente, va a pasar algo que hará que haya merecido la pena. Alguien vendrá a salvarte, alguien se enamorará de ti, alguien hará que despierte tu verdadero valor, y todas esas mierdas. En lugar de, como sería apropiado en una supuesta trama adulta, transmitirle al lector que como no empiece a mover el puto culo va a terminar igual de mal que el personaje en cuestión. Aunque sea simplemente para que ordene sus prioridades y se centre en lo que es verdaderamente importante, que cambia con cada persona. Pero al final, las cosas buenas no caen del cielo, hay que salir a buscarlas, y muchas veces hay que pasarlo muy mal durante mucho tiempo para poder pasarlo muy bien durante un breve periodo de tiempo. Las cosas como son. Para tener éxito laboral hay que trabajar muy duro. Para tener una relación estable y duradera con otra persona (da igual si es amistad o pareja) también hay que trabajar muy duro en la relación. Y lo más importante, también necesitas suerte para cualquier cosa, porque hay infinidad de factores que están fuera de tu control.

Y esa es otra falacia en la que cae el autor para justificar la historia. Comparar una relación de tres días (o tres meses), con una 30 años. Para tres días, y encima con pasta de sobra para hacer lo que quieras, molamos todos un montón. Es que te vale cualquiera. Para treinta años no vale casi nadie, porque en treinta años pasan muchas cosas, se toman muchas decisiones, y la vida da muchas vueltas. ¿Cuántas relaciones conservas desde hace más de 30 años? Eso, suponiendo primero, que tengas al menos 30 años. Pero si no los tienes, pregúntatelo cuando llegue el momento. Si hay una sola persona que sigue a tu lado después de todo ese tiempo, sin importar si es amigo o pareja, sí que te quiere de verdad, y no la milonga que nos están colando aquí.

Pero ya, el remate ha sido que Miyagi haya tirado a la basura también su vida después de que Kusunoki se pagara casi toda la deuda. Nunca pensé que diría algo bueno de esta peli, pero por lo menos, en Titanic, Kate Winslet aprovecha la vida que Leonardo DiCaprio da por ella y vive durante 84 años sin olvidar jamás ese preciado regalo que le hicieron. Pero no, aquí no, mejor tiro a la basura tu esfuerzo y me muero yo también, porque la vida sin ti no tiene sentido. Romantización del suicidio. Una copia barata de Romeo y Julieta. 

El único punto positivo es que, al menos, nos han dejado claro que no todos los personajes son tan subnormales como para vender su vida porque saben que el valor es una apreciación subjetiva. Por tanto, el valor que tiene para ti y para un tercero puede ser completamente opuesto y en ambos casos acertado al mismo tiempo. Pero lo demás, pues lo dicho, como me engañó el de la tienda... Culpa mía por fiarme de un comercial.

Valoración Global del Final
I'll Remember the Ending
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
 Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending



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