Todo llega en esta vida. Llevo
con este juego desde que salió, y por fin ha llegado el día de ponerle fin. He
de decir que el hecho de que Trico no te haga ni puto caso la mitad de las
veces no ha ayudado, pero mi poca paciencia tampoco. Así que espero que al
menos tengamos un final a la altura.
Alcanzado el punto más elevado de
la torre final, nos encontramos ante un pequeño agujero que obliga al niño a
separarse de su compañero animal, avanzando en solitario.
Gracias a ese pequeño orificio,
accedemos al núcleo de la torre, donde el niño asegura saber que se encuentra
ante el Señor del Valle.
Claro, claro… Vemos una bola
estampada en distintos glifos, que a su vez está envuelta de un extraño líquido
verde. Dicho líquido reacciona ante nuestra presencia, expulsándonos en caso de
querer alcanzar la bola.
El lugar está completamente
sellado. El agujero por el que entramos se encuentra ahora a una altura
totalmente fuera de nuestro alcance, y no hay ninguna otra salida. No podemos
llamar a Trico para que nos rescate, así que toca tirar de lo único que tenemos
a disposición. El espejo.
Al usar el espejo, la luz
reflejada comienza a eliminar el líquido verde, poco a poco, hasta que no queda
ni una gota. La bola queda completamente a la vista, y comienza a soltar glifos
contra nosotros. El espejo nos protege, pero también nos deja en un callejón
sin salida.
Si retiramos el espejo, los glifos logran alcanzarnos, paralizando nuestro cuerpo a través del sello maldito que llevamos tatuado. Por si fuera poco, el líquido verde emerge de nuevo a gran velocidad, y si nos hemos acercado lo suficiente como para que nos cubra por completo, se acabó. ¿Qué hacemos?
Pues resulta que hay un punto en
el que el líquido verde todavía cubre la bola, pero se encuentra en el interior
de la jaula, en el que la bola no crece al retirar el espejo. Lo he descubierto
totalmente de casualidad. Ahora ya podemos ascender por la jaula sin ningún
problema.
Al llegar arriba, nos encontramos
con el anillo giratorio que veíamos desde fuera, así como el mecanismo que lo
sujeta todo. He intentado volar la sujeción con el rayo de Trico, pero no
llega, impacta contra la pared exterior.
Lo que hay que hacer es lanzarse
al anillo giratorio, donde encontramos un altar en el que poder colocar el
espejo y detenerlo.
Detenido el anillo, se abren las
escotillas que dan acceso al techo de la torre, donde nos reencontramos con
Trico. Rápidamente salta una escena en la que el niño corre hacia el borde de
la torre, observando las vistas de las zonas que hemos atravesado
anteriormente.
Al saltar la escena pensaba que
iban a salir volando y el juego iba a terminar, pero no. Por suerte no ha sido
así. Echando un vistazo por la zona encontramos un altar de piedra rodeado de
madera, colocada como si fuera un nido. No podemos reventar el altar de piedra,
pero la madera que forma el nido sí, así que a por ella.
Nada más destruir una parte del
nido, se activa la antena de la torre, porque todas las torres son antenas de
telecomunicaciones, incluido el Skytree, la Tokyo Tower o la torre Eiffel. Con
la señal de la antena, vienen todos los otros ejemplares de la especie de
Trico. Recordemos que todos los ejemplares llevan un casco que les mantiene
bajo el control de algo o alguien a través de las ondas. Precisamente en nuestro
enfrentamiento contra uno de ellos, al romper el casco, el animal vuelve a la
normalidad y se larga.
Los ejemplares llegan a la torre,
pero en lugar de atacar, se acercan al altar, y expulsan a niños de su boca,
metiéndolos al interior de la estatua. Ya sabemos el destino que le deparaba al
pobre niño si Trico no hubiese tenido el accidente con el rayo.
El dato no tendría mayor importancia si no fuera por lo que ocurre después. Instantes después de que los niños entren por la estatua, un mecanismo expulsa un barril como los que le hemos dado a de comer a Trico durante el juego. ¡¡Los barriles están hechos de niños!! Vaya pasada, hemos estado alimentando a Trico con otros niños de nuestra aldea…
Uno de los ejemplares de la
especie de Trico alcanza el barril y se lo zampa sin miramientos. Entiendo que
los niños se procesan de alguna manera, porque si no, no se molestarían en
trasladarlos y meterlos ahí, se los comerían directamente. Así que deben hacer
una especie de McNuggets con los niños. Los meterán en una trituradora, y luego
el barril es como el rebozado…
Ahora que los colegas de Trico
(recordemos que Trico también era uno de ellos hasta que se rompe su máscara)
ya se han terminado los McNuggets, quieren el resto del Happy Meal y se lanzan
entre todos a por el traidor que defiende a su presa. Entre todos empiezan a
hacerle tras tras por todos lados, y es en ese momento cuando recuperamos el
control del personaje. La cosa es que podremos hacer…
El espejo se nos ha caído durante
la escena anterior, así que lo primero es recogerlo. Por desgracia, cuando
estamos a punto de agarrarlo, un miembro de la manada nos arrea un zarpazo que
no sólo nos impide coger el espejo, sino que además nos lanza al vacío desde lo
alto de la torre. Aquí, pensaba que el ejemplar al que salvamos rompiendo el
casco vendría a ayudarnos, pero no, es al revés. Uno intenta comernos mientras
caemos, pero el niño se agarra fuertemente a su plumaje, evitando una muerte
fatal.
Este niño tiene que ser familia
del prota de Shadow of Colossus. Esa manera de agarrarse a algo con tanta
fuerza y determinación tiene que ser genética jaja
El animal termina volviendo a la
torre. Volvemos a estar en tierra firme, y ahora sí conseguimos recuperar el
espejo. Pero los problemas no acaban ahí, porque otro miembro de la manada, de
los que están atacando violentamente a Trico, termina por arrancarle la cola.
A la dureza de la imagen de ver
una parte del cuerpo de nuestro amigo cercenada, hay que sumarle el hecho de
que ya no podemos usar la cola para atacar, así que toca cambio de planes.
Viendo que apuntar con el espejo a la manada no sirve nada, y que el origen del
problema está en la antena, hay que intentar destruirla de alguna manera.
Volvemos sobre nuestros pasos
hacia el interior del mecanismo de la antena, para descubrir que la cola de
Trico está por ahí, tras haber sido arrojada por quien la arrancó, ¡y encima
todavía funciona! Ahí ya estaba claro, bajamos hasta el núcleo, y de cabeza a
reventar el núcleo.
Esto todavía no ha terminado. La
explosión del núcleo libera una enorme cantidad de metralla, no física, sino
energética, que asedia al pobre niños durante demasiado tiempo, y termina
cayendo desfallecido.
Al mismo tiempo, la manada
recupera el control y cesan en su ensañamiento. Pero la cosa no queda ahí.
Algunos de ellos pierden completamente las fuerzas y se desmayan, llegando al
punto de arrojarse al vacío voluntariamente.
Una vez fuera de peligro, Trico
recoge el cuerpo inanimado del niño. Sabemos que no está muerto porque también
hace de narrador de la historia, así que está claro lo que va a pasar ahora.
Trico, muy malherido, coge al niño y vuela hasta su aldea natal para
devolverlo, donde lógicamente no recibe una cálida bienvenida. El padre
recupera a su hijo, y mientras está en sus brazos, todavía inconsciente, vemos
cómo los aldeanos alzan sus lanzas contra Trico.
Buah, como lo maten ahí, delante
del niño, esto va a subir muchos escalones… Aquí yo he tardado un rato en darme
cuenta de que habíamos recuperado el control del niño, pues la situación no
invita a pensarlo, pero sí, debemos pulsar el botón con el que llamábamos a
Trico durante el juego, para decirle unas últimas palabras de despedida. Es
entonces cuando Trico cierra los ojos, y cuando parece que va a caer muerto de
agotamiento, coge fuerzas y escapa volando, ante la atónita mirada de los
aldeanos, que se siguen preguntando qué ha debido pasar. Créditos.
Uno de los aldeanos ha dicho que
seguramente a Trico no le quede mucho tiempo de vida, pero yo creo que, si le
quisieran matar, lo habrían hecho ya. No tiene sentido dejar que muera solo en
un oscuro rincón.
Terminan los créditos, pero el
juego sigue sin concluir. Ahora nos muestran que esa imagen que aparecía al
principio del juego al navegar por el menú inicial, es en realidad el espejo
semienterrado, que acaba de ser descubierto por otros niños, presumiblemente,
mucho tiempo después.
La teoría queda confirmada
rápidamente, cuando vemos al niño que tantas horas hemos controlado, convertido
en un hombre hecho y derecho.
Tras recoger el espejo, se lo
enseña a los niños, y después lo enfoca hacia el cielo. La luz reflejada nos
acompaña en un viaje que recorre los cielos, regresando al lugar de la
aventura, para adentrarse en lo más profundo, el lugar donde comienza el juego,
y también donde vemos los ojos de Trico en la oscuridad, confirmando que sigue
con vida. Fin.
Ha estado bien, muy bien, las cosas como son. Lástima que el ego de Fumito Ueda y sus mecánicas absurdas me haya impedido terminarlo antes. Lo mejor, lo de los barriles, sin ninguna duda, y que el combate final no haya sido contra ningún hechicero o historias de esas. Pero claro, eso implica una contraparte negativa. Al final, quien estaba controlando a la manada era ese Señor del Valle, que no muestra ningún tipo de motivación. ¿Para que está? ¿Para cocinar los McNuggets hechos de niños? ¿Qué gana alimentando a la manada? ¿Para qué los controla? Es que, si no lo hace, ¿no son capaces de alimentarse por sí mismos? Y bueno, luego el tema de que Trico salga vivo de la aldea después de que su especie se dedicase a devorar niños, pues por mucho que devuelvas a uno… Ya lo dijeron en Piratas del Caribe: Una única proeza no redime a un hombre de una vida de fechorías.
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending
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