Después de derrotar al jefe del quinto mundo, se nos abre un portal que conduce hasta el enfrentamiento final.
En todas las pantallas de jefe siempre hay un pequeño tramo de plataformas, pero realmente no es nada reseñable. Es corto, muy corto, prácticamente testimonial. Tampoco ofrece ningún desafió ni destaca por un gran diseño. Es relleno básicamente. Enseguida termina y empieza lo bueno, el Jefe Final, que lógicamente es el alien que nos la lía en la primera escena, robando una pieza de la nave que guarda un gran parecido con el visor de VR de PS4. Pero ahora, descubrimos que no sólo tiene el visor, también tiene... ¡su propio Dualshock 4!
Su mando tiene incorporados algunos de los accesorios que encontramos durante la aventura. Dichos accesorios te los otorgan en ciertas pantallas durante ciertos tramos, por lo que no disponemos de ellos en este momento, por lo que realmente no es uno de esos combates contra una copia de ti mismo. Sólo parcialmente. En primer lugar, utiliza la manguera, lanzando un potente chorro de agua que de no evitar, nos lanza fuera de la plataforma. Tiene más, pero como todos los jefes son cíclicos, dejamos el resto para las siguientes vueltas.
Como sus intentos resultan en fracaso, se termina enfadando cual niño pequeño, e intenta golpearnos con el mando directamente. Es en ese momento cuando debemos aprovechar y golpearle en la mano para causar daño.
La sorpresa viene ahora, cuando deja caer su mando debido al dolor, ¡y lo cogemos nosotros! Como si fuera un accesorio más de los que te dan en las pantallas, incrustamos el mando en el molde que aparece para conseguir la versión gigante del mismo, ¡y con la manguera incluida!
Vaya diferencia, esto no tiene nada que ver con la que usamos nosotros en las pantallas normales. Esta es como la de los bomberos, enorme y potente.
Pero, ¿qué sentido tiene que tengamos la manguera? La respuesta viene enseguida. El alien se coloca unos puños de boxeo que es capaz de incendiar a voluntad, y comienza a golpearnos con todas sus fuerzas. Debemos usar la manguera para repeler los puñetazos de fuego.
Lógicamente, la primera no la he visto venir y me la he comido con patatas. Si eso ocurre, durante unos instantes, el cristal de la cámara se parte, dando más realismo a la escena.
Después de una serie de golpes, decide ponerse serio, intentando ahora golpear con los dos puños a la vez. El procedimiento no cambia y simplemente hay que volver a usar la marguera, pero esta vez, el retroceso del golpe hace que se golpee en la cara. Primer toque.
Como decía, el jefe es cíclico. Ahora vuelve a usar las armas de antes, pero más rápidas y con un recorrido más amplio, así que vamos a presentar otra. La lluvia de misiles.
Este es el único accesorio que no es igual al que usamos nosotros en las pantallas normales. El nuestro es una ametralladora sin más, no lanza misiles.
Todo se repite hasta que volvemos a coger el mando gigante. Ahora lleva equipados los shuriken, y el alien nos intenta atacar con una espada gigante de bambú, que debemos romper en pedazos antes de que impacte contra nosotros.
Si logramos evadir todos sus espadazos, se vuelve a enfadar, y nos lanza la empuñadura de la espada a la cara, que como no es de bambú, no la podemos cortar, pero sí que podemos hacer que rebote en su cabezón. Segundo toque.
Vuelve a usar los mismos ataques por tercera vez, de nuevo, incrementando la intensidad. Quedan por enseñar los shuriken, que puede lanzarlos en horizontal o vertical. En esta ocasión se vuelve complicado evitar todos sus movimientos y no recibir ningún toque.
Tras repetir todo el proceso, volvemos a hacernos con el mando gigante, que ahora lleva equipada la ametralladora, pero de rayos láser, no de bolitas cutres que usábamos en las pantallas normales. Lo curioso es que ahora el alien se asusta. Se protege con el cuerpo de la nave, y empieza a tirar cosas, en plan desesperado. Sólo tenemos que destruirlas con el arma.
Cuando no le quedan cosas para lanzar, nos dan la posibilidad de cargar el rayo, ante la atónita mirada de nuestro enemigo, que cuenta los segundos para su final.
Y.... ¡Big Bang Kame Hame Ha!
¡Hala! Suelta destellos con los símbolos de PlayStation, me estoy dando cuenta ahora al ver la captura jaja
Finalmente, rematan la escena con una explosión a la altura de las circunstancias ^^
La nave recupera su visor, la última pieza que le faltaba. Ahora ya pueden volver todos a su planeta, así que nos despedimos de Astro Bot tras esta gran aventura.
La nave se pierde en la inmensidad del cosmos y comienzan a salir los créditos pero, de pronto, todo vuelve hacia atrás. Los créditos vuelven por donde han venido y la nave regresa. Entre todos, tiran a Astro Bot contra la cámara, porque saben que, en el fondo, lo que quiere es quedarse contigo, que eres quien le ha ayudado a superar este desafío. Ahora sí, créditos y fin.
Qué maravilla. Jugablemente es sobresaliente, y en tema argumental, dentro de la línea que nos encontramos, pues ha tenido detalles. Yo no pensaba que fuese a volver la nave, ni mucho menos que sus amigos le fuesen a echar así de esa manera contra mí jaja
Eso sí, debemos recalcar, por última vez, que esto es un juego de VR. Si fuera un juego normal, sería muy del montón, pero es precisamente lo bien que utiliza la VR lo que lo hace tan grande, porque la explota desde el primer minuto hasta el último. Unas simples capturas no pueden reflejar lo que siente al estar ahí dentro, al igual que una foto en la cima de una montaña no hace justicia a las vistas que se ven desde ella. Y quien haya probado el juego, lo sabe.
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