Ya que no ha habido manera de
terminar el Sol Divide, pasemos al siguiente juego de naves del mismo estilo
dentro de la recopilación de Psikyo.
Esta vez la elección del
personaje es complicada. Todos tienen ventajas e inconvenientes. El que tiene
el disparo disperso tiene la bomba concentrada, y el que tiene el disparo
concentrado tiene la bomba cubriendo toda la pantalla. Sorprendentemente, he
preferido que la bomba sea la que abarque todo el espacio posible en lugar del
disparo normal. Pronto veréis por qué.
Guiados por el Dios del Sol,
alcanzamos al ente de oscuridad que debemos derrotar, pero antes de que el
combate pueda comenzar, somos engullidos por el monstruo.
Comienza el combate en su
interior, donde comienza el asedio de oleadas enemigas. Como otros juegos de
Psikyo, comparte el hecho de que los power ups caen de manera generosa, y con
tres ya estás al máximo poder, perdiendo todo en caso de muerte, eso sí.
En este juego, los pilotos van
montados en dragones, en lugar de naves. Además de una diferencia estética,
también se refleja jugablemente. Aparte del botón de disparo convencional y la
bomba, hay un tercer disparo que activa una bola de fuego del dragón. El
problema es que tras esa bola de fuego, el dragón y el piloto se separan, dividendo
la potencia de fuego entre dos. Pulsando de nuevo el botón se vuelven a reunir,
pero no suele merecer la pena utilizarlo.
Tras unas cuantas oleadas y un
par de minijefes, llegamos a la batalla final. El demonio que debemos aniquilar
hace acto de presencia, y hasta tiene nombre y todo. Nebiros.
Comienza ahora un aluvión de
proyectiles que se lleva por delante todo aquello que encuentra a su paso. De
hecho, es que me está costando conseguir capturas en las que el personaje salga
vivo, de la paliza que me meten, porque no es solamente un tema de cantidad,
sino también de velocidad. Los proyectiles van a una velocidad vertiginosa y es
que ni me da tiempo a reaccionar.
Derrotado Nebiros, salta a escena
el cerebro que había al fondo, con un demonio montado encima. La cantidad de
proyectiles baja un poco, pero la velocidad sigue siendo endiablada. Esta
velocidad es la que me hizo decantarme por un personaje que tuviera mejor bomba
sobre uno que tuviera mejor disparo, porque al disparo no le saco partido.
El enemigo vuelve a cambiar de
forma, y la locura vuelve con él. El clásico ataque de proyectiles circular que
acaba ocupando prácticamente toda la pantalla. En otras capturas no he
conseguido sacar al personaje porque estaba muerto. Aquí al menos he conseguido
sacar el momento en el que muere jaja
Acabado el combate, comienza el
ending. El dragón sobre el que combatías era en realidad Dina, la novia del
personaje, que, con la victoria, se ha librado de la maldición.
La pareja se abraza, pero de
pronto, la chica sale ardiendo, porque todavía conserva los poderes del dragón,
dejando un toque cómico al final de la aventura. Fin.
Es un final frenético. La pantalla avanza a gran velocidad, acorde con los proyectiles que disparan los enemigos, pero los jefes no tienen mucha vida, y eso hace que no se disfruten demasiado. Es normal que con la elevada dificultad les pongan menos vida para compensar, pero lógicamente prefiero la opción contraria. Como en Gunbird, si me lo paso con más personajes, añadiré los detalles de los diferentes endings.
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending
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