domingo, mayo 20, 2018

Ese Gran Final... Samurai Warriors 4




Antes pensaba que tenía que haber un Assassins Creed de cada período de la historia. Uno en la Antigua Grecia, otro en Egipto, en el Imperio Romano, las Cruzadas, la América precolombina, la reconquista de España, la Revolución Francesa, la colonización, el Bakumatsu, la Segunda Guerra Mundial, la descolonización de la India o los recientes conflictos en Oriente Medio. Ahora, he cambiado de opinión. Debería haber un Musou de cada una de esas épocas. He aprendido más de historia con este juego que con cualquier Assassins Creed, y eso que, sobre todo los primeros, tenían muy buen nivel en ese aspecto.

También aprendes que los japoneses tienen poca imaginación con los nombres porque media plantilla de Prince of Tennis tienen apellidos de daimyos, e incluso Ran y Mouri de Detective Conan también sacan sus nombres de un personaje de este juego, e incluso en un capítulo le hacen una broma llamando a Ran con el nombre del daimyo del que hace gala, que en su momento no entendí, pero que ahora veo con claridad.

Ya entrando en materia, este juego es una muestra más de que la historia la escriben los vencedores. Durante todo el argumento, te van vendiendo la idea de que cada uno de los daimyos solamente lucha buscando un mundo en el que vivir en paz, peeeeero, a condición de que él sea el que gobierne en el país, y no otro. 



Por eso me sorprendió mucho cuando, tras la muerte de Oda Nobunaga, estando enfrentados por el poder, entre otros, Tokugawa Ieyasu y Toyotomi Hideyoshi, llega un momento en el que Toyotomi pide a Tokugawa aliarse para acelerar la unificación de Japón, e incluso se arrodilla y todo, rogando que acepte. Luego vete tu a saber si en la vida real la negociación fue así, pero bueno, al menos, por una vez, dejaron de pensar en sí mismos y trabajaron por la paz que profesaban.

Las fuerzas combinadas de Toyotomi y Tokugawa logran derrotar a todos los detractores y unificar Japón bajo el mandato de Toyotomi, lo que daría fin a esta historia, pero esto es sólo el principio. En el juego lo omiten completamente, pero lo que ocurrió es que Toyotomi necesitaba convertirse en Shogun para obtener un reconocimiento real, tanto de los daimyos, como del pueblo de Japón, pero el emperador no podía nombrar Shogun a una persona de origen humilde, que no descendía de ningún poderoso clan, por lo que terminó muriendo antes de poder construir, digamos, unos buenos cimientos políticos que permitiesen conservar la paz.



A esto hay que sumar el hecho de que Hideyoshi no consiguió tener un descendiente hasta los, ¡¡57 años!! por lo que cuando murió, su hijo Hideyori Toyotomi apenas contaba con 8 años de edad, y su plan de que todos los daimyos le respetasen hasta la mayoría de edad y luego le cedieran al poder, estaba claro que no iba a salir bien.

El juego también omite que Hideyoshi, viendo que no conseguía engendrar un heredero biológico, había nombrado a su sobrino Hidetsugu heredero de su legado, pero tras tener a Hideyori, mandó a su sobrino al exilio y le obligó a cometer seppuku, junto a toda su familia. Y a los que no lo hicieron, los mató, incluyendo mujeres y niños. 

Muerto Toyotomi, son dos personajes los que se enfrentan por el poder. Tokugawa Ieyasu, y Mitsunari Ishida. Aquí volvemos a ver la manipulación de la historia en el juego. En la escena en la que Toyotomi fallece, Tokugawa rompe a llorar desconsolado, mientras que Mitsunari se mantiene impasible y decide seguir adelante y continuar con sus asuntos, alegando que llorando no iba conseguir nada. Esto choca totalmente con la historia real, pues en cuanto investigas un poco, descubres que Tokugawa fue quien rechazó servir a un niño de 8 años, autoproclamándose nuevo líder, mientras que Mitsunari sí que era leal al legítimo heredero de su Señor. Pero lo dicho, la historia la escriben los vencedores, y aunque todavía no he terminado el juego al momento de escribir estas líneas, el apellido Tokugawa y sus implicaciones lo conocemos todos por Kenshin, por lo que no es difícil adivinar el desenlace.

Los daimyos de todo Japón se dividieron en dos bandos, formando la alianza del este y del oeste, en función de si apoyaban a uno o a otro. Ambos bandos se vieron las caras en Sekigahara el 21 de Octubre del año 1600, donde comienza nuestra batalla final.


Terminado el contexto histórico, nos ponemos con el juego en sí. De los cincuenta personajes que incluye, el juego te permite utilizar a todos los que estuvieron involucrados en cada batalla en el bando que estés, sin ningún tipo de restricción, es decir, el juego no te obliga a que por lo menos uno de los dos personajes que elijas sea Tokugawa porque es su batalla, puedes hacer lo que quieras, y eso es algo que siempre es de agradecer.

Tengo por costumbre elegir a los que tengan un nivel más bajo, para evitar encontrármelos en nivel 1 en una batalla en la que no tenga más opciones y reventarme la partida, así que esta vez tocan Fukushima y Naotora Li. Si a mitad de la entrada veis que salen otros personajes, eso es que eran demasiado débiles y me los han matado jaja

Otra lanza a favor del juego está en que todos los personajes menos uno existieron de verdad. Me encargué de buscar en Google a todos los que me generaban dudas y finalmente sólo Kunoichi era inventada, pues tenía un nombre demasiado genérico para haber existido en la realidad. No sé qué motivación llevó a los desarrolladores a incluir un personaje inventado, pudiendo haber puesto sus movimientos y habilidades a cualquier otra fémina que si contase con presencia histórica.


Samuari Warriors es el Musou que más me gusta, porque con el botón triángulo utilizas un ataque de muy poca fuerza, pero muy rápido y de largo alcance, que te permite literalmente barrer a los enemigos con facilidad, evitando machacar botones con ataques normales para vencer a centenares de soldaditos. Por supuesto, este ataque es inútil contra oficiales, que lo bloquean con facilidad, por lo que no rompe el juego. Es curioso que sólo haya esta opción en Samurai Warriors y no en ningún otro Musou como Dynasty Warriors, el del Zelda o el del Fire Emblem, aunque sí recuerdo que en el del Zelda no lo echaba de menos, Los ataques normales tenían suficiente amplitud como para derrotar a hordas de enemigos normales sin cansarte, cosa que aquí, supongo que la naturaleza, dentro de lo que cabe, realista, tanto de la historia como de los personajes, no ocurre. 



Aunque Mitsunari espera al final del camino, mientras tanto vamos a tener que ir derrotando a todos los daimyos que le apoyan, y los primeros que se cruzan en nuestro camino son los del clan Shimazu, por lo que aprovechamos para seguir comentando el sistema de combate. 



Además del ataque rápido, el normal, y los combos, el juego cuenta con dos ataques Musou. El primero es el normal que puedes hacer con el círculo en cualquier momento siempre que tengas la barra rosa llena, y el otro, que requiere estar en modo furia para poder hacerlo. El problema viene cuando el modo furia tiene un tiempo limitado y el Musou no se activa sólo al acabar la barra, sino que tienes que activarlo antes o lo pierdes, algo bastante molesto al tener que estar todo el rato pendiente de lo que queda de barra y no del combate, cuando en el mismo Hyrule Warriors no sólo el Musou se activa sólo al acabar la barra, sino que además tienes dos, uno si dejas que se acabe la barra, y otro si lo activas tú manualmente antes, que además de más poderoso, suele ser el mejor también visualmente hablando. Para resumir, dejo un vídeo con todos los Musous del juego para quien le interese.



Derrotado el clan Shimazu, nos viene una oleada de objetivos secundarios. No son obligatorios, pero me gusta hacerlos. Sin embargo, me ha resultado imposible cumplirlos todos, porque han sido demasiados en un margen muy reducido y todos a contrarreloj, por lo que tienes que elegir. Sinceramente, no creo que se puedan cumplir todos en una sola partida.



Tras los objetivos secundarios, sale a la luz el acontecimiento que inclina la balanza de la batalla. Hideaki, un oficial de Mitsunari que no figura como personaje jugable, le traiciona y se cambia al bando de Tokugawa, minando la moral de las tropas de Mitsunari.



Hideaki abre las puertas del castillo, permitiendo a las tropas de Tokugawa acceder al lugar donde se encuentra Mitsunari, dando lugar al combate final. Mitsunari y el resto de oficiales con vida se enfrentan a Tokugawa y sus tropas en una batalla con incontables guerreros, fuerza desmedida, y un sin fin de explosiones originadas por los cañones de Tokugawa, que bombardean la zona sin piedad.


Aquí viene el primer inconveniente del final, y es el hecho de que nunca a lo largo de todo el juego, un personaje enemigo ha usado el ataque Musou contra mí. Jamás. Es un error flagrante que no tiene justificación alguna y que resta emoción y espectacularidad al combate. 

Si vamos a terminar con esto ya, hay que hacerlo de la mejor manera posible. Cuando los dos personajes que controlas están uno muy cerca del otro, se activa la opción de poder hacer un Musou combinado, que básicamente es que cada uno hace el suyo, pero lo hacen al mismo tiempo y el ataque es más poderoso, y más largo.



Pero, tras derrotarlo, la partida no se acaba. Mitsunari se retira temporalmente y el enfrentamiento continúa. Menos mal, sino habría sido demasiado corto. Luego cuando toque el final de verdad le vuelvo a hacer un Musou combinado y ya está :p

La batalla sigue su curso, y los del clan Shimazu vuelven a intentar detenernos. Algunos no aprenden... Pero ellos no son el verdadero problema. Casi al mismo tiempo, podemos ver en el mapa que oficiales enemigos han llegado hasta Tokugawa y están luchando contra él. Esto es una situación muy peligrosa, porque si cae tu comandante, pierdes, por lo que hay que parar inmediatamente sea lo que sea lo que estés haciendo e ir a ayudarlo.



Por supuesto, esta situación no se da si eres tú quien maneja a Tokugawa. Aquí entra ya en juego la variación de la pantalla en función de los personajes que hayas escogido, y hay objetivos opcionales que sólo aparecen si estás controlando a un personaje en concreto.

Con Tokugawa fuera de peligro, Mitsunari vuelve a aparecer en el mapa, invitándonos a acabar con él, en un ambiente similar al anterior, pero con un número muy inferior de personajes en escena, ahora que sus oficiales y su ejército ya han sido claramente diezmados.



Es momento entonces de utilizar los items, que nos permiten no sólo recuperar vida o aumentar nuestro poder, sino efectos tan variopintos como ganar más experiencia durante un cierto tiempo, o que los enemigos suelten más armas o gemas. Los objetos son infinitos en el juego en sí, una vez que los consigues, los tienes por siempre, pero sólo se pueden usar una vez por batalla, dando algo de equilibrio.



Ahora sí, es momento de acabar con Mitsunari con el Musou doble, o como quiera cada uno, esta vez ya, dando fin a la batalla.  



Al terminar la batalla, Tokugawa decide premiar a los de su bando y castigar a los del bando contrario. Al menos, tiene la decencia de perdonar la vida a Hideyori Toyotomi, el cual, al tener 8 años, no ha tenido nada que ver en el conflicto.



Al terminar la ruta del clan Sanada, se desbloquea una pantalla adicional en varios mapas, incluido éste, que yo considero postgame por varios motivos. El primero y más básico es porque el trofeo por terminar esta ruta salta en este momento, lo cual se entiende completada. El segundo es porque es gracias a esta batalla por lo que Tokugawa logra llegar a Shogun y unificar el país, y el tercero porque esa batalla ocurre 15 años después de esto, así que yo lo considero una revuelta de otra etapa, pero que nada tiene que ver con esto, por no hablar de que está fatal representada y llena de mentiras y medias verdades. De todas formas, veremos esa batalla en Ese Gran Final... porque es la última de otro juego, el Spirits of Sanada, centrado única y exclusivamente en la figura de Yukimura a lo largo de toda su vida, donde sí entra por contexto.

A modo de curiosidad, añadir que puedes jugar esta misma batalla con el bando perdedor, donde al final hay una escena en la que vemos a Mitsunari, ya derrotado, vagando solo por un bosque, donde es encontrado por varios soldados y se disponen a ejecutarle.



Bueno, si soy sincero, me ha sabido a poco. Creo que Samurai Warriors todavía está lejos de ser capaz de representar algo tan grande como la Batalla de Sekigahara, la mayor en la historia de Japón, donde hubo casi 200.000 soldados, y que tuvo una repercusión tan grande para el país y para el mundo. La dirección que ha tomado la saga con Dynasty Warriors 9 es la ideal, pero está lejos de ofrecer una experiencia acorde con lo que pretende, hasta que no sean capaces de llenar ese mundo abierto de tantos soldados como debería, hacerlos interactuar correctamente, y además conseguir que el juego sea user friendly, y no haya que estar horas y horas viajando de un sitio a otro sin hacer prácticamente nada. 

Cuando se jueg a un título como éste, que representa hechos históricos, hay que ser consciente de la magnitud del momento que se está recreando, y aquí, aunque históricamente se han intentado hacer de la mejor manera posible (salvo por omitir ciertas acciones oscuras de los daimyo que ya os he contado yo) simplemente es que los recursos técnicos que existen hoy en día todavía no permiten representar con fidelidad según qué cosas, por lo que tocará esperar a que llegue el momento, que estoy seguro, más tarde o más temprano, llegará.

Valoración Global del Final
Perfecto
Casi Perfecto
Muy Bueno
Bastante Bueno
Bueno
Aceptable
Malo
Bastante Malo
Muy Malo
Un Desastre


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