martes, agosto 25, 2020

Ese Gran Final... Ys III: The Oath in Felghana



Llegamos a lo más profundo de la isla de Genos, donde nos espera Garland. He de decir que al principio del juego yo fiché a Nell, su compañera, desde el minuto uno. Tenía un diseño demasiado currado para el peso que tenía en la historia. Pensaba que ella sería el malo, pero casi. Por supuesto, para nada me esperaba que fuese el enmascarado que nos acecha durante toda la historia. En cambio, Garland tenía un diseño adecuado a su papel, ni currado ni cutre, así que no sospeché.

Tenemos la clásica conversación genérica donde Garland habla sobre la resurrección de Galbalan con cara de loco, mientras cuenta las horas que le quedan al mundo tal y como lo conocemos.

Por suerte, dura poco, y enseguida, Garland se transforma en lo que será nuestro primer Jefe Final. Comienza el combate.

Nada más empezar, Garland activa una barrera a su alrededor. No es nada grave. Es una de esas barreras que se rompen con dos golpes, luego ya le puedes dar lo suyo tranquilamente durante unos segundos, y el ciclo vuelve a empezar.

Mientras tanto, él te ataca con una guadaña y diferentes ataques de energía, principalmente bolas y rayos de diferentes formas y tamaños.

Cuando la vida baja por debajo de la mitad, le da la vuelta al adorno que lleva en la espalda, convirtiéndolo en una especie punta de lanza, y carga contra nosotros con fuerza varias veces seguidas.

Una vez está contra las cuerdas, desata su ataque especial. Te avisa antes de hacerlo, pero simplemente sale una luz en el suelo justo debajo de él, y claro, si le estás pegando cuerpo a cuerpo en ese momento, te la comes. Está bien, es un omnilátigo de marca blanca con una animación mínimamente currada, no esperaba encontrarme algo así.

Respecto a Adol, en esta entrega dejamos atrás el ataque automático de los dos primeros Ys, para adquirir una mecánica de ARPG completa, con ataques manuales, salto y combos, muy similar a lo visto en Ys Origin, pero con ciertos matices. La cura no es automática cuando estamos quietos, sino que Adol se regenera cada vez que usamos el Boost/Burst/Sparking/típica aura roja que potencia temporalmente al personaje. Dicha habilidad se activa con una barra que se llena luchando, por lo que activarla en los momentos adecuados puede ser la clave que convierta una derrota en victoria.

Cuando cae derrotado, con sus últimas fuerzas, te atrae hacia él para explotar en mil pedazos, causando bastante daño. Por suerte, tenía mucha vida en ese momento y no me ha matado, pero podría haber ocurrido perfectamente.

Pasamos ahora a una nueva sala, donde encontramos a Elena presa. Al parecer, se necesita la energía de un descendiente de Genos para poder revivir a Galbalan. Me ha gustado que los descendientes de Genos sean Elena y su hermano, y no Adol, que es lo normal en estos casos, que sea el prota.

De pronto, Chester aparece y libera a Elena, pero es tarde, porque Galbalan ya ha reunido suficiente poder como para despertar. Chester avisa a Adol de que puede volver a sellarle con la espada que le dio.

Galbalan despierta. Pensaba que lo que se veía al fondo era la estatua en la que estaba encerrado, en plan Gedo Mazou, pero no, no, es su forma. Es feo de cojones. Comienza el combate.

El enfrentamiento se abre con una sucesión de ataques elementales por parte de nuestro enemigo, que además está fuera de nuestro alcance y no le hace efecto ningún ataque que podamos realizar. Pero rápidamente llama la atención que el ataque de hielo genera unas plataformas que se elevan. Sin pensarlo dos veces, subimos a la plataforma, enviamos un ataque mágico desde ahí, consiguiendo alcanzar el punto débil de la coraza de Galbalan.

La coraza se abre, dejando al descubierto su ojo, que además se encuentra a nuestra altura, así que, aunque no lleguemos a darle con la espada, si que podemos lanzarle magias a saco para empezar a causar daño sin compasión.

Una vez rebajado el primer tercio de vida, el patrón cambia. Nos anulan la posibilidad de hacer magia, y Galbalan empieza a combinar ataques mágicos con golpes directos con sus puños desnudos. Pero los puños son vulnerables a nuestros golpes, así que sólo hay que tener paciencia y evitar sus ataques para seguir descendiendo su vida poco a poco.

El patrón se mantiene hasta que le queda un sexto de vida, cambiando a una mecánica muy familiar. Galbalan se aleja y nos manda una bola de energía que debemos devolver, jugando un rato al tenis hasta que uno de los dos falle. De repente me siento jugando al Twilight Princess xD

Pero bueno, si sólo fuera eso, no habría problema. La putada es que una vez le das el primer golpe, combina la bola de energía con la que jugamos al tenis con otro tipo de ataques, entre ellos, su ataque especial, que después del combate anterior, esperaba que llegase antes o después. Mola menos que el otro, pero ahí está.

Así que, lo que parecía un final de combate suave y agradable, se convierte en un asalto peligroso y traicionero, porque el ataque especial salta justo debajo de tu posición y encima es atrayente, así que, a tener cuidado, y a disfrutarlo también.

El battle theme que acompaña este duelo se llama The Strongest Foe, que no está nada mal.

Galbalan cae derrotado, pero no es suficiente para matarlo. Chester comenta que se pueden usar las cuatro estatuas para activar un mecanismo que revienta la isla entera, lo que debería matar a Galbalan en su condición actual, pero se requiere la espada para activarlo, así que Chester decide ser el quien lo haga y morir junto a su enemigo.

Lógicamente, Elena se opone al plan. Sabiendo que no va a ser capaz de convencerla, Chester hace lo que se veía a venir, la deja fuera de combate de una hostia a lo Majin Vegeta.

Adol se lleva a Elena lejos de allí, mientras vemos como Chester activa el mecanismo, liberando una explosión que acaba tanto con Galbalan como con él.

Ya destruido, vemos a los habitantes de Redmont, que estaban luchando contra los soldados zombies, salir victoriosos cuando éstos se desvanecen. También, vemos un vídeo animado en el que la isla de Genos se hunde en el océano.

A la mañana siguiente, Adol y Dogi se despiden a las puertas de Redmont. Dogi ha decidido quedarse en su hogar una temporada para ayudar en la reconstrucción no física, sino económica de la aldea tras los sucesos.

Por último, Elena, que estaba encerrada en su casa por haber perdido a su hermano, finalmente sale corriendo en busca de Adol, al que pilla en el puerto a punto de partir. Le da las gracias por todo, y da sentido al título del juego, haciendo un juramento de que vivirá y protegerá Felghana, la tierra que su hermano amó y dio su vida por proteger. Créditos y fin.

Ha molado. Una historia pequeña de una zona pequeña, aunque la base del argumento era la misma de siempre, cambiando salvar el mundo por salvar Felghana. Algunas partes un tanto predecibles, pero ha merecido la pena en términos generales.

Valoración Global del Final
I'll Remember the Ending
Dramatic Finish
Decisive Finish
Brave Finish
Sophisticated Ending
An Ending to Get Over
 Refrain Ending
Fateful Ending
Strepitoso Ending
Liar Ending


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