lunes, diciembre 31, 2012

Ese Gran Final... Final Fantasy XII




Terminamos 2012... con Final Fantasy 12

Cuando te enteras de que el Imperio va a convertir Rabanastre en un campo de batalla para acojonar a la gente, Ashe y los demás (sí, debería haber dicho Vaan y los demás, pero todos sabemos que Vaan en este juego tiene de prota lo que yo de religioso) parten inmediatamente hacia Sky Fortress Bahamut. Al llegar, Vayne Solidor ya ha reventado un par de naves con la fortaleza y tiene a todos acojonados. Las naves enemigas intentan derribarte, pero Balthier las evita todas y aparca tranquilamente la nave en la fortaleza.

Una de las cosas buenas que tiene este juego es su elevado grado de exploración. Cada ciudad, cada mazmorra, cualquier extensión de terreno es lo suficientemente grande como para que puedas disfrutar perdiéndote entre sus pasillos, descubriendo cofres, eliminando enemigos, haciendo grind, etc... Y en el vídeo hemos podido ver el tamaño de la fortaleza por fuera, por tanto ahora toca disfrutar la mazmorra final por dentro.


Enseguida llegas a una sala con un pasillo circular en el que hay varios enemigos. A mí me gusta asesinar personalmente a todos los foes que encuentro, pero en esta sala hay un pequeño problema, los enemigos no se acaban, cuando matas a los que tienes delante inmediatamente siguen saliendo más y más... Y cuando te das cuenta de que por mucho que mates no vas a salir vivo de ahí sales pitando hacia la siguiente sala, que resulta ser un cuartucho con un interruptor. Al pulsarlo, de pronto aparece Gabranth, que se está torturando a sí mismo por su traición (pues te jodes, no haberlo hecho) pero que sigue odiando a Basch. Desenvaina y comienza la primera Batalla Final.


¿Ya? ¿Así? ¿Tan rápido? Si no llevas ni diez minutos en la mazmorra y ya empiezan los Jefes Finales... Que decepción... Para algo bueno que tenía el juego y al final lo quitan :/ Pero bueno, sigamos adelante con el combate. Como sabréis, debido al sistema de combate del juego, los personajes se programan para que actúen por su cuenta y si lo haces bien, como ha sido mi caso, no es necesario que intervengas, tan sólo tienes que quedarte mirando, cambiando la cámara para no perder detalle de la batalla. Ellos saben cuando atacar, cuando curarse, hasta pueden resucitarse automáticamente. Por supuesto, puedes intervenir manualmente, pero no es necesario para ganar, si lo haces es tan sólo para elevar la espectacularidad con los límites y las invocaciones, únicos comandos que no se pueden programar. De los límites y las invocaciones del party daré más detalles en el último Jefe Final, ahora nos centraremos en lo que hacen nuestros enemigos para darle vidilla al enfrentamiento. Gabranth sólo realiza un límite, una especie de Getsuga Tenshou que tampoco hace demasiado daño ni es demasiado llamativo.

Al derrotarle, Basch le llama por su verdadero nombre, Noah, y se compadece de él. Gabranth, el principal antagonista del juego, ha sido derrotado con facilidad en un triste cuartucho sin pena ni gloria. Que bien va esto... ¬¬

Vuelves a pulsar el interruptor, y resulta que el cuartucho era una plataforma que se usa de ascensor, y al llegar arriba te esperan Vayne y Larsa Solidor, confirmándote de nuevo que lo único que vas a explorar de la fortaleza son esos cuatro pasillos y medio y se acabó. Vayne le pide a Larsa que se quede mirando, pero él se rebela y le apunta con la espada, comienza la segunda Batalla Final, contra Vayne Solidor.


A diferencia de Gabranth, Vayne tiene dos límites. El primero es una onda de energía y el segundo un combo de golpes que parece el Cielo Final de Tifa, sólo con el último puñetazo rompe en pedazos el cirstal de la realidad (cosa que hace también Basch en su límite). Fuera de eso, no tiene ninguna complicación, al fin y al cabo, es una persona normal, que ni siquiera va armado, contra demasiada gente, no tenía nada que hacer desde el principio.

Una vez derrotado, se levanta gracias al poder de la Neticita, que se vuelve excesivamente musculo y varias espadas levitan a su alrededor. Para compensar el aumento de poder del enemigo, Gabranth aparece y se une al combate a tu favor. Tercera Batalla Final, contra Vayne Nova.


Este combate ya tiene algo más de gracia. Ahora, aparte de Vayne, también tienes las espadas revoloteando por ahí tocándote las narices. Por supuesto, con que derrotes a Vayne es suficiente, pero no quitará el hecho de que puedas tomarte tu tiempo y disfrutar del combate eliminando cada una de las espadas primero, mientras sufres los nuevos límites de tu enemigo, en los que te ataca utilizando todas las espadas, a veces como espadas, y a veces usándolas de cañones de luz, en especial su límite final, en el que fusiona todas las espadas, convirtiéndolas en una espada de luz con forma de estrella con la que pega un buen viaje a todos los presentes.


Al derrotarle, Gabranth aprovecha para asestarle el golpe final y le atraviesa con su espada. Sin embargo, Vayne manda una de las espadas que flotan a su alrededor contra él, le corta un trozo del casco y luego se lo quita de encima de un puñetazo, mandándole por los aires. No contento, intenta rematarle mandando todas las espadas a la vez, pero Larsa las detiene con ayuda de Neticita.


Vayne se relaja por ese instante y ahora es Vaan quien le ataca con su espada (pobrecito, sabe que está de adorno y busca justificar su propia existencia...) pero tampoco logra matarle. Corre para perseguirle, pero Venat le sale al paso, dejando a Vayne escapar hacia la cubierta de la fortaleza.


Mientas camina por la cubierta, Vayne se disculpa con Venat por no haber podido cumplir con su parte (genial, el Jefe Final resulta que no es más que una marioneta...). Venat le dice que las cosas han salido mejor de lo que piensa y en agradecimiento se fusiona con él, dándole el poder de atraer metal. Comienza entonces una nueva transformación que recuerda al personaje Eustass Kidd de One Piece, porque Vayne comienza a atraer metales y adherirlos a su propio cuerpo hasta formar un nuevo ser.


Ahora sí, cuarta y última Batalla Final, y hay que disfrutarla al máximo, por tanto es el momento de comentar toda la espectacularidad que puedes aportar tú. Cada personaje tiene tres límites, y la verdad, salvo unos pocos, los demás no son demasiado impresionantes, y ninguno hace un daño considerable. La gracia está en que puedes encadenarlos infinitamente hasta que falles el combo y al final te sale un ataque elemental de acuerdo a la cantidad que hayas logrado acumular. Las invocaciones también tienen su gracia, pero usarlas en los jefes es un suicidio, porque sólo se queda en el campo el invocador, el resto de miembros del party desaparecen, y al concentrarse todos los ataques en el mismo personaje, termina muriendo y anulando la invocación, cosa que es una pena, porque Zeromus y Ex-Death son invocaciones en este juego, pero para disfrutarlas debidamente se tienen que usar contra enemigos normales.

En cuanto a la música, el Final Boss Battle Theme tan sólo es un triste remix (o ni eso) del Boss Battle Theme, dejando claro la escasa calidad de la banda sonora de este juego:


Ya centrándonos en el combate en sí, es el más complicado de todos, porque de vez en cuando Vayne hace un hechizo que le vuelve inmune a cualquier tipo de ataque, por tanto durante ese tiempo todos tus esfuerzos son inútiles. Y de nuevo, los límites de Vayne son lo mejor del combate, aunque personalmente, prefiero los de Vayne Nova a estos últimos.

Una vez derrotado, las llamas envuelven a Vayne hasta que finalmente estalla. Todo ha terminado. Ashe y Larsa dan un aviso por radiofrecuencia para anunciar el cese de las hostilidades, pero aún queda un último problema. Sky Fortress Bahamut ha resultado dañada, los anillos que la mantienen flotando ya no tienen energía, y va a caer sobre Rabanastre. Por tanto, Balthier y Fran se quedan en la fortaleza y dejan la nave a manos de Vaan (que vergüenza, el supuesto prota termina de chófer sustituto...). Uno de los otros jueces se ofrece para sacrificar su nave y estrellarla contra Bahamut para impedir que caiga sobre la ciudad, pero Balthier sale hablando también por radio desde el interior de la fortaleza. Está arreglando los anillos junto a Fran y además se llama a sí mismo protagonista (si es que lo saben hasta en el juego xDD).

En efecto, consiguen hacer que la fortaleza flote de nuevo, el tiempo suficiente para alejarse de la ciudad y estrellarse en una zona deshabitada. Sin embargo, Balthier y Fran no consiguen escapar a tiempo de su interior y todos les dan por muertos en un primer momento (aunque cuando se estrella la fortaleza no revienta entera, sólo la parte de abajo, el resto queda intacto, canta un huevo que no mueren).


Pasa un año, y aparece Penelo con un renovado aspecto explicándote qué ha pasado con cada personaje. Ashe será coronada en un mes, Gabranth murió y ahora es Basch quien ocupa su puesto como Juez (es curioso, porque Gabranth le roba la identidad a Basch parar matar al Rey y ahora Basch se lo devuelve quitándole el puesto), la nave de Balthier desaparece misteriosamente, y a cambio aparece el anillo que Balthier le pide a Ashe como pago de la última misión, y a Vaan, por supuesto, no le ocurre nada. Fin.


Entonces nos encontramos con un final con una mazmorra final prácticamente inexistente, un sistema de combate que no precisa de la intervención del jugador, unas invocaciones que condenan a muerte al invocador, nos cargamos al antagonista en un triste cuartucho como vulgares sicarios, el Jefe Final se convierte en una mezcla entre Conan el Bárbaro y Eustass Kidd, aunque tiene buenos límites, la canción de Batalla Final es la misma que la de jefe retocada, y al prota le marginan hasta dentro del propio juego... Por otro lado, podemos encadenar límites que no están mal, los personajes que son los verdaderos protagonistas molan y además les salen bien las cosas y sobre todo, cada uno acaba en el lugar que le corresponde.

Valoración Global del Final
Perfecto
Casi Perfecto
Muy Bueno
Bastante Bueno
Bueno
Aceptable
Malo
Bastante Malo
Muy Malo
Un Desastre


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